“...muchas de las actitudes existenciales negativas del pueblo gallego, de sus peores defectos arrancan de una fuerte y prolongada distrofia, de una desnutrición sostenida a lo largo de siglos y siglos, y hoy aun no superada ni mucho menos...”
Domingo García-Sabell (1966)
La alimentación es una necesidad biológica que tiene implicaciones nutricionales. En este campo, han existido, a lo largo de los siglos grandes cambios. De unos tiempos a otros se ha ido variando mucho el estilo de nutrición tanto por la cultura existente como por los hábitos de vida. Por ejemplo, las grandes ciudades han generado por el estilo de vida y el horario laboral, una comida ligera al mediodía, generalmente menú, pero no pocas veces “fast food”.
El objeto de este ensayo es analizar la situación de hambre endémica por la que pasó Galicia a mediados de siglo. El concepto de hambre ha levantado mucha polémica, debido principalmente a la falta de un saber científico totalizador. Las distintas disciplinas estudian aspectos separados de este fenómeno y omiten pronunciarse sobre el modo de solucionar el problema del hambre en el mundo. Se le dio mucha importancia en el pasado, por su influencia en las revueltas populares y en el propio estado anímico de las personas. Incluso, actualmente sigue estando presente en el tercer mundo. No obstante, sigue siendo un aspecto vigente y muy debatido, por existir múltiples enfoques sobre el tema.
De la obra que hemos estado estudiando “Notas para una Antropología del Hombre Gallego”, de Domingo García-Sabell, se extraen diversas ideas interesantes, siendo una buenísima ayuda para sumergirse en el concepto de insuficiencia alimentaria, denominada hiponutrición, y todo lo que eso conlleva en la vida del ser humano.
Con ella, hemos sido capaces de abrir nuestras mentes hacia lo que fue este pasado, tantas veces escuchado susurrar de fondo por los nuestros, e intentar imaginar lo que supuso para ellos la carencia de alimento. En primer lugar debido a una naturaleza hostil, y también, por el dominio y ambición de unos pocos “señores” frente a una multitud de esclavos. Por lo tanto, es el hombre el creador de su propia miseria. Las migraciones, trataron de paliar este problema. No obstante, se conocen casos actuales de canibalismo.*
La idea principal que consideramos, es que a lo largo de la Historia, el hambre es un factor determinante que condiciona la existencia de nuestros antepasados al igual que condiciona nuestra propia vida. Un ejemplo actual es la enorme extensión del fenómeno de la anorexia, en la que el hambre es elegida frente a la alimentación. Durante siglos, la desnutrición y la mal nutrición del pueblo gallego lo convirtió en un pueblo distrófico, un pueblo resignado a no llevar una alimentación acorde con las necesidades que cada cuerpo requiere. Esta carencia de nutrientes y de alimentos, durante tanto tiempo, explica García-Sabell, que es una de las causas que hacen que el pueblo gallego sea reconocido por una serie de tópicos que se pueden explicar con la necesidad de saciar el hambre, como pueden ser el escepticismo o la desconfianza.
El hambre no sólo se puede observar como una circunstancia climática, económica, política, etc. También se puede observar como un mecanismo histórico fundamental, que consigue explicar algún problema actual como la obesidad. De hecho, las sociedades actuales del primer mundo se llaman “sociedades de la abundancia” y se caracterizan por un exceso de grasas no solubles, colesterol, azúcares simples, etc, relacionados con problemas cardiovasculares, embolias, diabetes,…
Por lo que se refiere a Galicia, a lo largo de muchos siglos el hombre gallego viene acumulando dentro de su ser una falta de alimentos, lo cual provoca una serie de reacciones en él que definen su existencia. Por la misma razón se podría explicar que uno de las causas de la actual obesidad es una forma de compensar el hambre experimentado y recordado de tus padres: esa falta de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales,... que a lo largo de la historia marca el devenir de nuestro pueblo. Ese pasado, pues, incita a un aumento del consumo de alimentos derivado de épocas de escasez.
Por lo tanto, si durante siglos la gente no come porque no hay comida, en el momento que se provoca la industrialización de los alimentos y su acceso, general entre la población, la gente, sin pensar en lo que come, come más sin más. Existe un efecto rebote: se cree que el hambre se debe a que no llega la comida. Se podría decir que si ésta se pone al alcance de las masas en cantidades ingentes, se abalanzarán sobre ella como hambrientos, que es lo que somos en la sociedad de la abundancia, provocando un aumento del consumo medio por persona, lo que desencadena la obesidad y problemas médicos muy diversos. Este fenómeno de compensación puede deberse a que existe una creencia que postula que para erradicar la inanición se debe comer en abundancia; dato erróneo, ya que ante un tiempo largo sin comer se recomienda ir introduciendo poco a poco la comida, no toda de golpe.
El hambre puede servir para adoptar nuevos hábitos alimentarios. De hecho, se puede educar al pueblo en hábitos alimentarios positivos como fue el caso de la introducción de la patata en Galicia. La importancia de este tubérculo en Galicia es de sobra conocida. Al principio el principal aporte de hidratos de carbono de los gallegos era la castaña, la patata no se conocía. Cuando se importó de América pasó a ser básico su consumo como fuente calórica y aporte de carbohidratos. Lo cual también influyó en el aspecto psicológico de la alimentación, ya que es más grande que la castaña y por lo tanto sacia más.
Galicia siempre fue galardonada como tierra de abundancia, por la existencia de numerosas ferias o fiestas donde tanto la comida como la bebida, fueron, son y serán las protagonistas, obviamente en exceso. Sin embargo, existen lugares en nuestra tierra donde los denominados “paisanos” aún tienen déficits nutricionales en cuanto al valor calórico y proteico de su alimentación. Ésta es inferior a lo normal y muy desequilibrada. Ellos son conscientes de esta carencia y para compensarla se suministran alimentos inapropiados. Al prolongarse durante generaciones esta insuficiencia o carencia alimentaria, los descendientes heredarán esa “hambre”, uno de los conocimientos principales adquiridos con la lectura del brillante libro de García – Sabell.
En esta obra, a través de su valiosa investigación etnográfica, el autor saca como conclusión que, en aquella época, nadie se moría de hambre, a la vez que nadie estaba sanamente nutrido, el concepto de hiponutrición es aplicable a buena parte de los gallegos.
Incluso sus descendientes tenderán a compensar el hambre crónico con ingesta excesivas, que producen trastornos orgánicos y hasta desarreglos irreversibles o incluso mortales, siendo iguales las consecuencias a las de sus antecesores.
Domingo García-Sabell (1966)
La alimentación es una necesidad biológica que tiene implicaciones nutricionales. En este campo, han existido, a lo largo de los siglos grandes cambios. De unos tiempos a otros se ha ido variando mucho el estilo de nutrición tanto por la cultura existente como por los hábitos de vida. Por ejemplo, las grandes ciudades han generado por el estilo de vida y el horario laboral, una comida ligera al mediodía, generalmente menú, pero no pocas veces “fast food”.
El objeto de este ensayo es analizar la situación de hambre endémica por la que pasó Galicia a mediados de siglo. El concepto de hambre ha levantado mucha polémica, debido principalmente a la falta de un saber científico totalizador. Las distintas disciplinas estudian aspectos separados de este fenómeno y omiten pronunciarse sobre el modo de solucionar el problema del hambre en el mundo. Se le dio mucha importancia en el pasado, por su influencia en las revueltas populares y en el propio estado anímico de las personas. Incluso, actualmente sigue estando presente en el tercer mundo. No obstante, sigue siendo un aspecto vigente y muy debatido, por existir múltiples enfoques sobre el tema.
De la obra que hemos estado estudiando “Notas para una Antropología del Hombre Gallego”, de Domingo García-Sabell, se extraen diversas ideas interesantes, siendo una buenísima ayuda para sumergirse en el concepto de insuficiencia alimentaria, denominada hiponutrición, y todo lo que eso conlleva en la vida del ser humano.
Con ella, hemos sido capaces de abrir nuestras mentes hacia lo que fue este pasado, tantas veces escuchado susurrar de fondo por los nuestros, e intentar imaginar lo que supuso para ellos la carencia de alimento. En primer lugar debido a una naturaleza hostil, y también, por el dominio y ambición de unos pocos “señores” frente a una multitud de esclavos. Por lo tanto, es el hombre el creador de su propia miseria. Las migraciones, trataron de paliar este problema. No obstante, se conocen casos actuales de canibalismo.*
La idea principal que consideramos, es que a lo largo de la Historia, el hambre es un factor determinante que condiciona la existencia de nuestros antepasados al igual que condiciona nuestra propia vida. Un ejemplo actual es la enorme extensión del fenómeno de la anorexia, en la que el hambre es elegida frente a la alimentación. Durante siglos, la desnutrición y la mal nutrición del pueblo gallego lo convirtió en un pueblo distrófico, un pueblo resignado a no llevar una alimentación acorde con las necesidades que cada cuerpo requiere. Esta carencia de nutrientes y de alimentos, durante tanto tiempo, explica García-Sabell, que es una de las causas que hacen que el pueblo gallego sea reconocido por una serie de tópicos que se pueden explicar con la necesidad de saciar el hambre, como pueden ser el escepticismo o la desconfianza.
El hambre no sólo se puede observar como una circunstancia climática, económica, política, etc. También se puede observar como un mecanismo histórico fundamental, que consigue explicar algún problema actual como la obesidad. De hecho, las sociedades actuales del primer mundo se llaman “sociedades de la abundancia” y se caracterizan por un exceso de grasas no solubles, colesterol, azúcares simples, etc, relacionados con problemas cardiovasculares, embolias, diabetes,…
Por lo que se refiere a Galicia, a lo largo de muchos siglos el hombre gallego viene acumulando dentro de su ser una falta de alimentos, lo cual provoca una serie de reacciones en él que definen su existencia. Por la misma razón se podría explicar que uno de las causas de la actual obesidad es una forma de compensar el hambre experimentado y recordado de tus padres: esa falta de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales,... que a lo largo de la historia marca el devenir de nuestro pueblo. Ese pasado, pues, incita a un aumento del consumo de alimentos derivado de épocas de escasez.
Por lo tanto, si durante siglos la gente no come porque no hay comida, en el momento que se provoca la industrialización de los alimentos y su acceso, general entre la población, la gente, sin pensar en lo que come, come más sin más. Existe un efecto rebote: se cree que el hambre se debe a que no llega la comida. Se podría decir que si ésta se pone al alcance de las masas en cantidades ingentes, se abalanzarán sobre ella como hambrientos, que es lo que somos en la sociedad de la abundancia, provocando un aumento del consumo medio por persona, lo que desencadena la obesidad y problemas médicos muy diversos. Este fenómeno de compensación puede deberse a que existe una creencia que postula que para erradicar la inanición se debe comer en abundancia; dato erróneo, ya que ante un tiempo largo sin comer se recomienda ir introduciendo poco a poco la comida, no toda de golpe.
El hambre puede servir para adoptar nuevos hábitos alimentarios. De hecho, se puede educar al pueblo en hábitos alimentarios positivos como fue el caso de la introducción de la patata en Galicia. La importancia de este tubérculo en Galicia es de sobra conocida. Al principio el principal aporte de hidratos de carbono de los gallegos era la castaña, la patata no se conocía. Cuando se importó de América pasó a ser básico su consumo como fuente calórica y aporte de carbohidratos. Lo cual también influyó en el aspecto psicológico de la alimentación, ya que es más grande que la castaña y por lo tanto sacia más.
Galicia siempre fue galardonada como tierra de abundancia, por la existencia de numerosas ferias o fiestas donde tanto la comida como la bebida, fueron, son y serán las protagonistas, obviamente en exceso. Sin embargo, existen lugares en nuestra tierra donde los denominados “paisanos” aún tienen déficits nutricionales en cuanto al valor calórico y proteico de su alimentación. Ésta es inferior a lo normal y muy desequilibrada. Ellos son conscientes de esta carencia y para compensarla se suministran alimentos inapropiados. Al prolongarse durante generaciones esta insuficiencia o carencia alimentaria, los descendientes heredarán esa “hambre”, uno de los conocimientos principales adquiridos con la lectura del brillante libro de García – Sabell.
En esta obra, a través de su valiosa investigación etnográfica, el autor saca como conclusión que, en aquella época, nadie se moría de hambre, a la vez que nadie estaba sanamente nutrido, el concepto de hiponutrición es aplicable a buena parte de los gallegos.
Incluso sus descendientes tenderán a compensar el hambre crónico con ingesta excesivas, que producen trastornos orgánicos y hasta desarreglos irreversibles o incluso mortales, siendo iguales las consecuencias a las de sus antecesores.
¿que casos de canivalismo?
ResponderEliminarNo veo clara la relación de la anorexia puesto que esta se debe a un transtorno en la percepción del propio cuerpo y la estética dominante (no es una reacción al exceso de sus padres)
El canivalismo lo puedes ver en el link:
ResponderEliminarhttp://www.absurddiari.com/s/llegir.php?llegir=llegir&ref=9015
Anorexia=no comer.
Anorexia nerviosa=patologia en la que uno de los signos es la alteracion de su propia percepcion entre otras cosas.
Saudos dende PORTUGAL